Esto dice el Señor: Este es mi Servidor, a quien yo sostengo, mi elegido, en quien se complace mi alma. Yo he puesto mi espíritu sobre él para que lleve el derecho a las naciones. Él no gritará, no levantará la voz ni la hará resonar por las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que arde débilmente. Expondrá el derecho con fidelidad; no desfallecerá ni se desalentará hasta implantar el derecho en la tierra, y las costas lejanas esperarán su Ley.
Yo, el Señor, te llamé en la justicia, te sostuve de la mano, te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, la luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para hacer salir de la prisión a los cautivos y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.
Sal 28
Te alabamos, Señor.
Hch 10, 34-38
Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: «Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él. Él envió su Palabra a los israelitas, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.
Lc 3, 15-16. 21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo a todos: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
Isaías 42:1-4, 6-7: El Siervo Sufriente y su Misión
En este pasaje, Isaías presenta la figura del Siervo de Jehová, un personaje que será fiel a su misión a pesar de las dificultades. Este siervo es descrito como un instrumento de Dios para traer justicia y luz a las naciones. La Iglesia cristiana ha visto en este Siervo una profecía que se cumple en Jesús.
Salmo 28: La Oración del Aclamado
Este salmo es una oración de súplica y alabanza. El salmista clama a Dios en busca de ayuda y protección, y expresa su confianza en que Dios responderá. Al relacionarlo con el resto de los pasajes, podemos ver este salmo como una expresión de la fe de aquellos que reconocen a Jesús como el Mesías y claman a Él en busca de ayuda.
Hechos 10:34-38: Pedro y la Universalidad del Evangelio
En este pasaje, Pedro, uno de los apóstoles de Jesús, tiene una visión que lo lleva a comprender que Dios no hace acepción de personas y que el evangelio es para todas las naciones. Pedro conecta la obra de Jesús con las profecías del Antiguo Testamento, como las de Isaías, y afirma que Jesús fue ungido por el Espíritu Santo para hacer el bien y liberar a los oprimidos.
Lucas 3:15-16, 21-22: El Bautismo de Jesús y la Descensión del Espíritu Santo
En este pasaje del Evangelio de Lucas, se narra el bautismo de Jesús por Juan el Bautista. Durante el bautismo, el Espíritu Santo desciende sobre Jesús en forma corporal, como una paloma, y una voz del cielo lo proclama como el Hijo amado de Dios. Este evento marca el comienzo de la misión pública de Jesús y es visto como el cumplimiento de las profecías mesiánicas.
El Hilo Conductor: El Mesías y su Obra
Al unir estos pasajes, encontramos un hilo conductor: la figura del Mesías, anunciado por los profetas del Antiguo Testamento y revelado plenamente en Jesús de Nazaret. Este Mesías es el Siervo sufriente de Isaías, el objeto de la oración del salmista, el centro del mensaje de Pedro y el ungido por el Espíritu Santo según Lucas.
¿Cuál es el significado conjunto de estos pasajes?
- La unidad de las Escrituras: Demuestran cómo el Antiguo y el Nuevo Testamento se complementan y se iluminan mutuamente.
- La identidad de Jesús: Confirman la identidad de Jesús como el Mesías prometido, el Hijo de Dios y el Salvador del mundo.
- La misión de Jesús: Revelan la misión de Jesús de traer salvación, justicia y paz a todas las personas.
- La esperanza del creyente: Ofrecen esperanza y consuelo a los creyentes, quienes encuentran en Jesús al cumplimiento de las promesas divinas.
En resumen, estos pasajes bíblicos nos presentan un cuadro coherente de la obra redentora de Dios en Jesucristo. A través de ellos, podemos comprender mejor la identidad de Jesús, la naturaleza de su misión y la esperanza que ofrece a toda la humanidad.