Después de haber evangelizado esta ciudad y haber hecho numerosos discípulos, Pablo y Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia. Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir. A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos.
Sal 144
Bendeciré al Señor eternamente. Aleluya.
Ap 21, 1-5
Yo Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más. Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo. Y oí una voz potente que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó». Y el que estaba sentado en el trono dijo: «Yo hago nuevas todas las cosas». Y agregó: «Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito.
Jn 13, 31-33. 34-35
En aquel tiempo, después que Judas salió, Jesús dijo: «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
Hechos de los Apóstoles 14, 21-27: El Regreso y el Informe Misionero
Este pasaje narra el regreso de Pablo y Bernabé a las ciudades donde previamente habían anunciado el Evangelio y fundado comunidades cristianas durante su primer viaje misionero.
- Fortalecimiento y Exhortación: Al regresar a Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia, no se limitan a saludar, sino que "fortalecían los ánimos de los discípulos, exhortándolos a perseverar en la fe". Esto subraya la importancia del acompañamiento y el ánimo constante en la vida cristiana, especialmente ante las dificultades y persecuciones que habían enfrentado. Les recuerdan que "es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios". Esta enseñanza es crucial para entender que el seguimiento de Jesús no está exento de desafíos.
- Organización de las Iglesias: En cada iglesia, "designaron presbíteros". Esta acción marca un paso importante en la organización y el liderazgo de las primeras comunidades cristianas. Los presbíteros (ancianos) eran responsables de guiar y pastorear a los fieles localmente, asegurando la continuidad de la fe y la vida comunitaria. La oración y el ayuno acompañaban este proceso de designación, resaltando la importancia de la guía divina en la elección de los líderes.
- Informe Misionero en Antioquía de Siria: Al regresar a su base en Antioquía de Siria, Pablo y Bernabé convocaron a la iglesia y "contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe". Este informe es fundamental porque destaca la obra de Dios a través de ellos y la expansión del Evangelio más allá del pueblo judío. La "apertura de la puerta de la fe a los gentiles" es un hito en la historia del cristianismo, mostrando la universalidad del mensaje de salvación.
Salmo 144: Alabanza a la Grandeza y Bondad de Dios
Este salmo es un himno de alabanza que exalta la grandeza, el poder y la bondad de Dios. Resuena con el reconocimiento de la obra divina narrada en Hechos.
- Reconocimiento de la Soberanía Divina: El salmista comienza declarando su intención de alabar a Dios "por siempre jamás" y reconoce su realeza: "Rey mío y Dios mío". Esto establece la autoridad y el poder supremo de Dios.
- Enumeración de las Obras de Dios: El salmo destaca las acciones poderosas y las maravillas de Dios, que son motivo de alabanza y admiración. "Una generación ponderará tus obras a la otra, y anunciará tus poderosos hechos". Esto conecta con el informe misionero de Pablo y Bernabé, donde también se narran las obras de Dios.
- Énfasis en la Bondad y la Misericordia: Un tema central del salmo es la bondad, la misericordia y la justicia de Dios. "El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y rico en amor". Esta descripción del carácter de Dios proporciona un contexto para entender su acción en la historia y en la vida de las comunidades cristianas.
- Universalidad de la Alabanza: El salmo concluye con una visión de la alabanza universal: "Que toda criatura alabe al Señor". Esto refleja la apertura del Evangelio a los gentiles, como se menciona en Hechos.
Apocalipsis 21, 1-5: El Nuevo Cielo y la Nueva Tierra
Este pasaje ofrece una visión esperanzadora del futuro, después del juicio final, donde Dios establecerá un nuevo orden de paz y perfección.
- Una Nueva Creación: "Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar ya no existía".
Esta imagen simboliza una transformación radical de la creación, donde las limitaciones y el sufrimiento del mundo actual serán eliminados. - La Nueva Jerusalén: "Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una
novia adornada para su esposo". La Nueva Jerusalén representa la plena comunión entre Dios y la humanidad redimida, un lugar de paz, belleza y la presencia directa de Dios. - Eliminación del Sufrimiento: "Enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni duelo, ni llanto, ni dolor, porque todo lo antiguo ha pasado". Esta promesa de la eliminación del sufrimiento es la culminación de la obra redentora de Dios.
- La Presencia de Dios: "El que estaba sentado en el trono dijo: «¡Mira! Hago nuevas todas las cosas». Y añadió: «Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza»". La declaración de Dios de que "hace nuevas todas las cosas" resume la esperanza cristiana en una restauración completa de la creación y una comunión perfecta con Dios.
Juan 13, 31-33. 34-35: El Mandamiento Nuevo del Amor
Este pasaje tiene lugar durante la Última Cena y contiene un mandamiento fundamental de Jesús a sus discípulos.
- La Glorificación de Jesús: Después de que Judas sale para traicionarlo, Jesús declara: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él". La traición y la inminente crucifixión son paradójicamente el camino hacia la glorificación de Jesús.
- El Mandamiento Nuevo: "Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros". Este no es simplemente un llamado al amor en general, sino un amor específico modelado según el amor de Jesús: un amor sacrificial, servicial y entregado.
- El Signo Distintivo: "En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se tienen amor los unos a los otros". El amor fraterno dentro de la comunidad cristiana se convierte en el signo distintivo que revela al mundo la identidad de los seguidores de Jesús.
Conexión entre los Pasajes:
Estos pasajes, aunque diversos en su género y contexto, se entrelazan de varias maneras:
- La Obra de Dios y la Expansión del Reino: Hechos narra cómo la obra de Dios, a través de sus apóstoles, lleva el Evangelio a nuevas regiones y establece comunidades. El Salmo 144 celebra la grandeza de este Dios que obra maravillas. El Apocalipsis ofrece la visión final de la consumación de este Reino en una nueva creación.
- La Importancia de la Comunidad y el Liderazgo: Hechos destaca la organización de las primeras iglesias con la designación de presbíteros. El mandamiento de amarse unos a otros en Juan subraya la centralidad del amor fraterno en la vida de estas comunidades. La Nueva Jerusalén en Apocalipsis es la imagen de una comunidad perfecta en comunión con Dios.
- El Amor como Fundamento: El mandamiento nuevo de Jesús en Juan (amarse como Él amó) es un principio fundamental que debe guiar la vida de las comunidades cristianas fundadas y fortalecidas como se describe en Hechos. Este amor es un reflejo del amor y la bondad de Dios alabados en el Salmo 144, y será la característica de la comunidad redimida en la Nueva Jerusalén del Apocalipsis.
- La Esperanza en el Futuro: Apocalipsis ofrece una perspectiva de esperanza en la victoria final de Dios y la restauración de todas las cosas. Esta esperanza sostiene a los creyentes a través de las tribulaciones mencionadas en Hechos y los anima a vivir el mandamiento del amor en el presente.
En resumen, estos pasajes nos hablan del dinamismo de la fe cristiana: la expansión del Evangelio, la organización de la comunidad, la alabanza a Dios por sus obras, el mandamiento fundamental del amor fraterno y la esperanza en la plenitud del Reino de Dios en el futuro. Cada uno, desde su perspectiva, contribuye a una comprensión más rica y profunda de la vida y la fe cristiana.