DOMINGO 19

Ex 17, 8-13
Cuando el pueblo de Israel caminaba a través del desierto, vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidím. Moisés dijo a Josué: “Elige a algunos de nuestros hombres y ve mañana a combatir contra Amalec. Yo estaré de pie sobre la cima del monte, teniendo en mi mano el bastón de Dios”. Josué hizo lo que le había dicho Moisés, y fue a combatir contra los amalecitas. Entretanto, Moisés, Aarón y Jur habían subido a la cima del monte. Y mientras Moisés tenía los brazos levantados, vencía Israel; pero cuando los dejaba caer, prevalecía Amalec. Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol. De esa manera, Josué derrotó a Amalec y a sus tropas al filo de la espada.


Sal 120
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?, el auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. 
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. 
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 
El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. 
El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.


2Tim 3, 14—4, 2
Querido hermano, tú permanece fiel a la doctrina que aprendiste y de la que estás plenamente convencido: tú sabes de quiénes la has recibido. Recuerda que desde la niñez conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación, mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien.
Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.

 


Lc 18, 1-8
En aquel tiempo, Jesús les enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: «En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciendole: “Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario”. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: “Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme”».
Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?».


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Éxodo 17, 8-13: La Oración Perseverante Sostiene la Batalla 

En este pasaje, el pueblo de Israel se enfrenta en batalla contra los amalecitas. La victoria de los israelitas no depende únicamente de la fuerza de sus guerreros, liderados por Josué, sino de un gesto crucial de Moisés: mantener sus brazos en alto en oración en la cima de una montaña.

  • Significado: Cuando Moisés tenía los brazos levantados, Israel prevalecía; cuando los bajaba por el cansancio, el enemigo ganaba terreno. Esto simboliza que la lucha del pueblo de Dios se sostiene con la oración constante. Aarón y Jur, al sostener los brazos de Moisés, nos enseñan la importancia de la comunidad que apoya y fortalece la oración del líder y de los demás. La victoria final es un regalo de Dios, obtenido a través de la fe y la intercesión perseverante.


Salmo 120: Clamor en la Angustia y Confianza en Dios 

Este es el primero de los "cánticos graduales" o "canciones de las subidas", que se cree eran cantados por los peregrinos que se dirigían a Jerusalén. El salmista clama a Dios en medio de la angustia, rodeado de mentira y hostilidad.

  • Significado: El Salmo 120 es una expresión de total confianza en que Dios escucha y responde al clamor de sus fieles, incluso en los momentos de mayor aflicción y soledad. Es un recordatorio de que, a pesar de las dificultades y la maldad del entorno, el auxilio y la paz verdadera provienen únicamente del Señor.


2 Timoteo 3, 14—4, 2: La Centralidad de la Palabra de Dios 

San Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a permanecer firme en la fe que ha aprendido, fundamentada en las Sagradas Escrituras. Le recuerda que toda Escritura es "inspirada por Dios" y es esencial para la enseñanza y la formación del creyente.

  • Significado: Este pasaje subraya el valor y la autoridad de la Biblia como fuente de sabiduría y guía para la salvación. Pablo le encarga a Timoteo la misión de "proclamar la Palabra" con paciencia y dedicación, "a tiempo y a destiempo". Es un llamado a que los creyentes conozcan, amen y compartan las Escrituras, ya que ellas nos preparan para toda obra buena.


Lucas 18, 1-8: La Parábola de la Viuda Insistente 

Jesús narra la parábola de una viuda que, con su incesante petición, logra que un juez injusto le haga justicia. El propósito de esta enseñanza es claro desde el principio: "enseñarles que es necesario orar siempre sin desanimarse".

  • Significado: Si un juez que no teme a Dios ni respeta a los hombres cede ante la persistencia, ¿cuánto más nuestro Padre celestial, que es justo y bueno, escuchará a sus elegidos que claman a Él día y noche? La parábola es una invitación a una oración constante, paciente y llena de fe, con la certeza de que Dios hará justicia. Al final, Jesús plantea una pregunta desafiante: "Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?". Esto vincula la oración perseverante con una fe viva y activa.

El Significado en Conjunto: Un Llamado a la Fe Perseverante

Leídas en conjunto, estas escrituras tejen un mensaje unificado y poderoso:

La vida cristiana es una batalla espiritual que se gana con las armas de la oración constante y la confianza en la Palabra de Dios.

  • El Éxodo nos muestra que la oración perseverante, a menudo sostenida por la comunidad, es la que nos da la victoria en nuestras luchas.

  • El Salmo 120 nos asegura que Dios es nuestro auxilio y refugio en medio de las dificultades y hostilidades del mundo.

  • La carta a Timoteo nos recuerda que la Sagrada Escritura es nuestra guía infalible, la fuente de sabiduría que nos fortalece y nos prepara para vivir según la voluntad de Dios.

  • El Evangelio de Lucas nos anima a no desfallecer en la oración, a ser persistentes como la viuda, con la plena confianza de que Dios, nuestro justo juez, siempre nos escucha y nos responderá.

En resumen, se nos llama a ser un pueblo que, como Moisés, mantiene los brazos en alto en oración; que, como el salmista, clama con confianza a Dios; que, como Timoteo, se aferra a la Palabra; y que, como la viuda, ora sin cesar, manteniendo viva la llama de la fe hasta el final.