En aquellos días, El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: “Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!”. Ellos respondieron: “Está bien. Puedes hacer lo que dijiste”.
Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: “¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas”. Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.
Ellos le preguntaron: “¿Dónde está Sara, tu mujer?”. “Ahí en la carpa”, les respondió. Entonces uno de ellos le dijo: “Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo”. Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que estaba justo detrás de él.
Sal 14
¿Quién será grato a tus ojos, Señor?
El hombre que procede
honradamente
y obra con justicia;
el que es sincero
en sus palabras
y con su lengua a nadie
desprestigia.
¿Quién será grato a tus ojos,
Señor?
Quien no hace mal al prójimo
ni difama al vecino;
quien no ve con aprecio
a los malvados,
pero honra a quienes temen
al Altísimo.
¿Quién será grato a tus ojos,
Señor?
Quien presta sin usura
y quien no acepta soborno
en perjuicio de inocentes.
Quienes vivan así
serán gratos a Dios eternamente.
¿Quién será grato a tus ojos,
Señor?
Col 1, 24-28
Hermanos, ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
Lc 10, 38-42
En aquel tiempo, mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude». Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada».
Col 1, 24-28
Hermanos, ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria. Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
Lc 10, 38-42
En aquel tiempo, mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude». Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas. Sin embargo, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada».
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El hilo conductor es el encuentro entre lo divino y lo humano, y nuestra respuesta a esa visita.
Aquí está el significado de cada lectura y cómo se conectan entre sí:
1. Génesis 18, 1-10: El Modelo de la Hospitalidad Activa y Fructífera
* Resumen: Abrahán, sentado en el calor del día, ve a tres forasteros. Sin dudarlo, corre hacia ellos, se postra, les ofrece agua, descanso y prepara un banquete espléndido con lo mejor que tiene. Su hospitalidad es total, generosa e inmediata.
* Significado: Esta es la imagen arquetípica de cómo recibir a Dios. Abrahán no sabe exactamente quiénes son, pero reconoce en ellos lo sagrado. Su servicio activo y desinteresado abre la puerta a la bendición de Dios: la promesa de un hijo, algo humanamente imposible para él y Sara.
* Rol en el conjunto: Es el punto de partida. Muestra que la hospitalidad activa y generosa hacia el prójimo (que es imagen de Dios) es el primer paso para recibir las promesas divinas.
2. Salmo 14 (15): La Disposición Interior del Anfitrión
* Resumen: El salmista pregunta: "Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?". La respuesta es una lista de virtudes: el que procede honradamente, practica la justicia, tiene intenciones leales, no calumnia, no hace mal a su prójimo y cumple sus promesas.
* Significado: Este salmo complementa la acción externa de Abrahán con la condición interna del corazón. No basta con "hacer cosas" para Dios; se requiere una integridad moral y una pureza de intención para poder "habitar" verdaderamente en su presencia.
* Rol en el conjunto: Es el requisito moral. Si Abrahán nos muestra qué hacer, el Salmo nos dice quiénes debemos ser para que nuestra hospitalidad sea auténtica y digna de Dios.
3. Lucas 10, 38-42: La Prioridad de la Hospitalidad: Escuchar a Dios
* Resumen: Jesús visita a dos hermanas, Marta y María. Marta se afana en los quehaceres, ansiosa por servir bien a su invitado (como Abrahán). María, en cambio, se sienta a los pies de Jesús para escuchar su palabra. Jesús elogia a María por haber elegido "la mejor parte".
* Significado: Este pasaje es el corazón del mensaje. No condena el servicio de Marta (que es bueno y necesario), pero establece una jerarquía. La hospitalidad más profunda no consiste solo en servir a Dios, sino en estar con Él, escucharlo y dejar que su palabra nos transforme. La comunión íntima es superior a la simple actividad.
* Rol en el conjunto: Es la clarificación crucial. Contrapone la hospitalidad activa de Abrahán y Marta con la hospitalidad contemplativa de María, revelando que la escucha y la relación personal con Cristo es el verdadero centro de todo.
4. Colosenses 1, 24-28: El Objetivo Final de la Hospitalidad: Cristo en Nosotros
* Resumen: San Pablo habla de sus sufrimientos como un modo de completar la obra de Cristo por la Iglesia. Su misión es anunciar el "misterio escondido": "Cristo en ustedes, la esperanza de la gloria".
* Significado: Pablo lleva el concepto de la hospitalidad a su máxima expresión. El objetivo final no es solo que Dios nos visite (como a Abrahán) o que nos sentemos a sus pies por un momento (como María), sino que Cristo habite permanentemente en nosotros. La Iglesia es el "hogar" que Pablo construye con su servicio y sufrimiento, para que la humanidad entera pueda ofrecer esta morada interior a Dios.
* Rol en el conjunto: Es la culminación teológica. Revela el propósito de toda hospitalidad: no un encuentro pasajero, sino una unión permanente. El servicio de Pablo (como el de Marta) tiene como fin que todos los creyentes puedan llegar a ser como María, con Cristo habitando en su interior.
Conclusión en Conjunto:
Las lecturas nos guían en un viaje progresivo:
1. Comenzamos con el ejemplo de Abrahán, que nos enseña a ser generosos y activos en nuestro servicio.
2. El Salmo nos recuerda que este servicio debe nacer de un corazón justo e íntegro.
3. El Evangelio de Marta y María nos corrige y reorienta, mostrándonos que la prioridad sobre toda actividad es la escucha atenta y la comunión con la persona de Jesús.
4. Finalmente, San Pablo nos revela el increíble objetivo de todo esto: que nuestra vida se convierta en una morada permanente para Cristo, el misterio de "Dios con nosotros" hecho realidad.
En resumen, se nos llama a ser como Abrahán en la acción, justos de corazón como dicta el Salmo, pero eligiendo siempre la "mejor parte" de María: una relación íntima con Cristo que, como enseña Pablo, es la meta final de la fe.