DOMINGO 31

Eclo 3, 19-21. 30-31
Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así obtendrás el favor del Señor, porque el poder del Señor es grande y él es glorificado por los humildes.
No pretendas lo que es demasiado difícil para ti, ni trates de indagar lo que supera tus fuerzas:
El agua apaga las llamas del fuego y la limosna expía los pecados.
El que devuelve los favores piensa en lo que vendrá después, y cuando esté por caer, encontrará un apoyo.


Sal 67
Dios da libertad y riqueza a los cautivos. 
Ante el Señor, su Dios, gocen los justos, salten de alegría. Entonen alabanzas a su nombre. En honor del Señor toquen la cítara. 
Dios da libertad y riqueza a los cautivos. 
Porque el Señor, desde su templo santo, a huérfanos y viudas da su auxilio; él fue quien dio a los desvalidos casa, libertad y riqueza a los cautivos. 
Dios da libertad y riqueza a los cautivos. 
A tu pueblo extenuado diste fuerzas, nos colmaste, Señor, de tus favores y habitó tu rebaño en esta tierra, que tu amor preparó para los pobres. 
Dios da libertad y riqueza a los cautivos.


Hb 12, 18-19. 22-24
Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca. Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza.


Lc 14, 1. 7-14
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: «Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!».


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Eclesiástico (Sirácida) 3, 19-21. 30-31: La humildad y la caridad

Este pasaje del libro del Eclesiástico, también conocido como Sirácida, es una enseñanza sapiencial sobre la importancia de la humildad y la caridad.

  • "Hijo, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso." (v. 19): Aconseja que la humildad atrae más aprecio que incluso la generosidad material. Ser humilde en el trato y en el corazón es una virtud superior.

  • "Cuanto más grande seas, más humilde debes ser, y así hallarás gracia ante el Señor." (v. 20): La verdadera grandeza no reside en la arrogancia, sino en la capacidad de reconocer la propia pequeñez ante Dios. Esta actitud es la que agrada al Señor.

  • "La desgracia del soberbio no tiene remedio, pues la planta del pecado ha echado en él raíces." (v. 30): Advierte sobre el peligro de la soberbia, que es vista como una raíz de pecado que lleva a la ruina.

  • "El agua apaga el fuego llameante, y la limosna perdona los pecados." (v. 31): Se resalta el poder de la caridad (la limosna) como un acto que tiene la capacidad de expiar las faltas, de la misma manera que el agua extingue el fuego.

En resumen, este texto nos enseña que la humildad nos acerca a Dios y a los demás, mientras que la soberbia nos destruye. La caridad, por su parte, es un acto poderoso que redime nuestros pecados.


Salmo 67: Súplica por la bendición de Dios para todos los pueblos

El Salmo 67 es un canto de alabanza y una súplica para que la bendición de Dios se extienda a todas las naciones de la tierra.

  • "El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros." (v. 2): Es una petición para que Dios muestre su favor y su gracia a su pueblo.

  • "Para que conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación." (v. 3): El salmista desea que la bendición de Dios sobre Israel no sea exclusiva, sino un medio para que todas las naciones conozcan a Dios y su plan de salvación.

  • "Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia." (v. 5): Expresa una visión universalista donde todos los pueblos se alegran por el gobierno justo y recto de Dios.

El mensaje central es un anhelo misionero: que la misericordia y la justicia de Dios sean reconocidas por toda la humanidad, llevando a una alabanza universal.


Hebreos 12, 18-19. 22-24: La Antigua vs. la Nueva Alianza

Esta carta contrapone la experiencia del pueblo de Israel en el Monte Sinaí (la Antigua Alianza) con la experiencia de los cristianos en la Nueva Alianza a través de Jesús.

  • Antigua Alianza (Sinaí): Se describe como una experiencia aterradora, con fuego, oscuridad y un sonido de trompeta tan temible que el pueblo suplicó no seguir escuchando la voz de Dios directamente. Representa una relación con Dios basada en el temor y la distancia (vv. 18-19).

  • Nueva Alianza (Sión): En contraste, los cristianos se han acercado al "Monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial". Esta es una realidad espiritual a la que se accede por la fe en Cristo. Es una comunión con Dios, los ángeles y los santos, mediada por Jesús, "mediador de una alianza nueva", cuya sangre "habla mejor que la de Abel", significando reconciliación y perdón, no venganza (vv. 22-24).

El mensaje es que, gracias a Cristo, nuestra relación con Dios ya no se basa en el miedo, sino en un acercamiento confiado y gozoso a un Dios misericordioso en una comunidad de salvación.


Lucas 14, 1. 7-14: La lección de humildad y el banquete del Reino

En este pasaje del Evangelio, Jesús asiste a una comida en casa de un fariseo y aprovecha para dar dos enseñanzas importantes.

  1. Parábola de los primeros puestos (vv. 7-11): Jesús observa cómo los invitados escogen los asientos de honor. Aconseja no buscar el prestigio propio, sino tomar el último lugar. Dejar que sea el anfitrión quien te honre. Y concluye con una enseñanza clave: "Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido." Esta es una llamada directa a la humildad como camino hacia la verdadera exaltación a los ojos de Dios.

  2. A quién invitar a un banquete (vv. 12-14): Jesús le dice al anfitrión que no invite a sus amigos, hermanos o parientes ricos, porque ellos pueden devolverle la invitación. En su lugar, debe invitar a "pobres, mancos, cojos y ciegos". La recompensa por este acto de generosidad desinteresada no vendrá de los hombres, sino de Dios "en la resurrección de los justos".

El mensaje es doble: la humildad es el camino hacia el Reino de Dios, y la verdadera caridad es aquella que se practica sin esperar nada a cambio, dirigida a los más necesitados, reflejando así la gratuidad del amor de Dios.

Significado en Conjunto

Leídos en conjunto, estos cuatro pasajes bíblicos presentan un mensaje coherente y poderoso sobre los valores fundamentales del Reino de Dios:

El camino hacia Dios es la humildad, no la arrogancia. Tanto el Eclesiástico como el Evangelio de Lucas condenan la soberbia y exaltan la humildad como la virtud principal para agradar a Dios y alcanzar la verdadera grandeza. El que se reconoce pequeño es enaltecido por Dios.

La verdadera fe se expresa en la caridad desinteresada. La enseñanza de Jesús en Lucas sobre invitar a los pobres y la afirmación del Eclesiástico de que "la limosna perdona los pecados" subrayan que nuestro amor a Dios se demuestra a través del amor activo y generoso hacia los más vulnerables, sin buscar recompensa terrenal.

La relación con Dios ha cambiado de temor a comunión. La carta a los Hebreos muestra la transición de una relación distante y temerosa (Antigua Alianza) a una de cercanía y amor a través de Jesús (Nueva Alianza). Esta nueva relación nos permite acercarnos a Dios con confianza.

La salvación de Dios es universal. El Salmo 67 expresa el deseo de que todas las naciones conozcan y alaben a Dios. Este mensaje universalista se complementa con la enseñanza de Jesús, cuyo Reino está abierto a todos, especialmente a los marginados y humildes que aceptan su invitación.

En síntesis, el mensaje conjunto es una invitación a vivir una fe auténtica que se fundamenta en la humildad para reconocer nuestra dependencia de Dios, se manifiesta en la caridad hacia los más necesitados y nos introduce en una comunión gozosa con un Dios misericordioso que desea la salvación de toda la humanidad.