Hermanos, por eso doblo mis rodillas delante del Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra. Que él se digne fortificarlos por medio de su Espíritu, conforme a la riqueza de su gloria, para que crezca en ustedes el hombre interior. Que Cristo habite en sus corazones por la fe, y sean arraigados y edificados en el amor. Así podrán comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra, ustedes podrán conocer el amor de Cristo, que supera todo conocimiento, para ser colmados por la plenitud de Dios.
¡A aquel que es capaz de hacer infinitamente más de lo que podemos pedir o pensar, por el poder que obra en nosotros, a él sea la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones y para siempre! Amén.
Sal 32
Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Que los justos aclamen
al Señor;
es propio de los justos alabarlo.
Demos gracias a Dios,
al son del arpa,
que la lira acompañe
nuestros cantos.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor
y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está
de sus bondades.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Los proyectos de Dios
duran por siempre;
los planes de su amor,
todos los siglos.
Feliz la nación cuyo Dios
es el Señor;
dichoso el pueblo que escogió
por suyo.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Cuida el Señor de aquellos
que lo temen y en su bondad
confían; los salva de la muerte
y en épocas de hambre
les da vida.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Lc 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
Lc 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división. De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
Lucas 12:49-53: Un Fuego Divino y una División Profunda
En este fragmento del Evangelio de Lucas, Jesús presenta una imagen poderosa y a la vez desafiante de su misión y del impacto que tiene en la vida de sus seguidores.
El Fuego Divino:
- "He venido a arrojar fuego sobre la tierra": Jesús se compara con un fuego que ha venido a encender el mundo. Este fuego no es uno destructivo, sino uno que transforma y purifica. Representa el amor de Dios, la palabra de Dios y el Espíritu Santo, que vienen a encender en nuestros corazones un deseo ardiente de seguir a Cristo.
- "Y cuánto desearía que ya estuviera encendido": Jesús expresa un profundo anhelo de que este fuego se propague rápidamente y transforme los corazones de todos. Muestra su impaciencia por ver el reino de Dios establecido en su plenitud.
El Bautismo y la Angustia:
- "Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!": Jesús se refiere a su pasión y muerte, que serán como un bautismo de fuego. Esta anticipación de su sufrimiento muestra su total entrega a la voluntad del Padre y su deseo de cumplir la misión que se le ha encomendado.
La División y la Paz:
- "¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra?": Jesús aclara que su presencia no trae una paz superficial, sino una división profunda. La verdad que él anuncia y la vida que propone generan tensiones y conflictos, ya que no todos están dispuestos a aceptar su mensaje.
¿Qué Significa Todo Esto?
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre:
- El discipulado radical: Seguir a Jesús implica un compromiso total y una disposición a dejarlo todo por Él.
- La transformación interior: El fuego de Dios debe quemar en nuestros corazones todo lo que nos separa de Él, para que podamos ser instrumentos de su amor en el mundo.
- La cruz como camino: Jesús nos muestra que el camino hacia la vida plena pasa por la cruz, es decir, por el sufrimiento y la entrega.
- La división inevitable: La verdad de Cristo siempre genera división, ya que no todos están dispuestos a aceptar el desafío de vivir según el Evangelio.
En resumen, Jesús nos llama a ser discípulos apasionados, dispuestos a dejar que el fuego de su amor transforme nuestras vidas y a enfrentar las consecuencias de seguirlo.