Esto dice el Señor: Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Sal 33
El Señor libra al justo de todas sus angustias.
Proclamemos la grandeza
del Señor
y alabemos todos juntos
su poder.
Cuando acudí al Señor,
me hizo caso
y me libró de todos
mis temores.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Confía en el Señor
y saltarás de gusto,
jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha
el clamor de los pobres
y los libra de todas
sus angustias.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Los ojos del Señor cuidan
al justo
y a su clamor están atentos
sus oídos.
Contra el malvado, en cambio,
está el Señor,
para borrar de la tierra
su recuerdo.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Escucha el Señor
al hombre justo
y lo libra de todas
sus congojas.
El Señor no está lejos
de sus fieles
y levanta
a las almas abatidas.
El Señor libra al justo
de todas sus angustias.
Mt 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Mt 6, 7-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.
Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.
Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.