MARTES 15

Gal 5, 1-6
Hermanos, esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Yo mismo, Pablo, les digo: si ustedes se hacen circuncidar, Cristo no les servirá de nada. Les vuelvo a insistir: todos los que se circuncidan, están obligados a observar íntegramente la Ley. Si ustedes buscan la justicia por medio de la Ley, han roto con Cristo y quedan fuera del dominio de la gracia. Porque a nosotros, el Espíritu nos hace esperar por la fe los bienes de la justicia. En efecto, en Cristo Jesús, ya no cuenta la circuncisión ni la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.


Sal 118
Señor, ten misericordia de mí. 
Señor, ten misericordia de mí y sálvame según tu promesa. No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos. 
Señor, ten misericordia de mí. 
Cumpliré tu voluntad sin cesar y para siempre. Caminaré por un camino ancho, pues he seguido tus preceptos. 
Señor, ten misericordia de mí
Serán mi delicia tus mandatos, que tanto amo. Levantaré mis manos hacia ti, mientras recito tus mandamientos. 
Señor, ten misericordia de mí.


Lc 11, 37-41
En aquel tiempo, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.