Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. Nuestra conducta con ustedes, los creyentes, fue siempre santa, justa e irreprochable: ustedes son testigos, y Dios también. Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos, instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llama a su Reino y a su gloria.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.
Sal 138
Condúcenos, Señor, por tu camino.
¿A dónde iré yo
lejos de ti, Señor?
¿Dónde escaparé de tu mirada?
Si subo hasta el cielo,
allí estás tú;
si bajo al abismo,
allí te encuentras.
Condúcenos, Señor,
por tu camino.
Si voy en alas de la aurora
o me alejo hasta el extremo
del mar,
también allí tu mano me conduce
y tu diestra me sostiene.
Condúcenos, Señor,
por tu camino.
Si digo:
“Que me cubran las tinieblas,
que la luz se convierta
en noche para mí”,
las tinieblas no son oscuras
para ti y la noche es tan clara
como el día.
Condúcenos, Señor,
por tu camino.
Mt 23, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas”! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!
Mt 23, 27-32
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre! Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas”! De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!