DOMINGO 16

Jer 17, 5-8
Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor! Él es como un matorral en la estepa que no ve llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre e inhóspita. ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto.


Sal 1
Dichoso el hombre que confía en el Señor. 
Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos. 
Dichoso el hombre que confía en el Señor. 
Es como un árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito. 
Dichoso el hombre que confía en el Señor. 
En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo. 
Dichoso el hombre que confía en el Señor.


1Cor 15, 12. 16-20
Hermanos, si se anuncia que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo algunos de ustedes afirman que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes es inútil y sus pecados no han sido perdonados. En consecuencia, los que murieron con la fe en Cristo han perecido para siempre. Si nosotros hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solamente para esta vida, seríamos los hombres más dignos de lástima. Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos.


Lc 6, 17. 20-26
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón. Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo:
«¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!
¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!
¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán!
¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban su nombre, considerándolo infame, a causa del Hijo del hombre!
¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!



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Jeremías 17, 5-8

Este pasaje habla sobre la importancia de confiar en Dios en lugar de en el hombre.

  • Maldición y bendición: Se contrаponen dos caminos: el del hombre que confía en sí mismo y en otros hombres (maldición) y el del hombre que confía en Dios (bendición).
  • Confianza en Dios: Se describe al hombre que confía en Dios como un árbol plantado junto al agua, que da fruto en todo tiempo y no teme a la sequía. Esta imagen representa la estabilidad y la prosperidad que vienen de confiar en Dios.
  • Corazón engañoso: El pasaje también advierte sobre el corazón humano, que es engañoso y puede llevar a la persona a alejarse de Dios y confiar en cosas vanas.

Salmo 1

Este salmo presenta dos caminos: el del justo y el del impío.

  • Bienaventurado el varón: Se describe al justo como un hombre que se deleita en la ley de Dios y medita en ella día y noche. Este hombre es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto a su tiempo y su hoja no cae.
  • No así los impíos: Se contrаponen los impíos, que son como el polvo que arrebata el viento. Los impíos no tienen estabilidad ni prosperidad, y su fin es la destrucción.
  • El camino de los justos: El salmo termina afirmando que Dios conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos perecerá.

1 Corintios 15, 12. 16-20

Este pasaje habla sobre la resurrección de los muertos y la importancia de la resurrección de Cristo.

  • Resurrección de Cristo: Pablo antepone que si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco resucitó. Y si Cristo no resucitó, la fe de los cristianos es vana.
  • Primicias de los que durmieron: Pablo afirma que Cristo es las primicias de los que durmieron, es decir, el primero en resucitar.
  • Esperanza en Cristo: La resurrección de Cristo es la base de la esperanza de los cristianos en la resurrección de los muertos.

Lucas 6, 17. 20-26

Este pasaje contiene las bienaventuranzas y las maldiciones.

  • Bienaventuranzas: Jesús proclama bienaventurados a los pobres, los hambrientos, los que lloran y los que son odiados por causa de su nombre. Estas bienaventuranzas invierten los valores del mundo y señalan que el reino de Dios es para los humildes y los necesitados.
  • Maldiciones: Jesús también pronuncia maldiciones sobre los ricos, los saciados, los que ríen y los que son alabados por los hombres. Estas maldiciones advierten sobre los peligros de confiar en las riquezas y la fama.

En conjunto

Estas escrituras nos invitan a reflexionar sobre nuestra confianza en Dios, la importancia de vivir según sus mandamientos y la esperanza de la resurrección. Nos recuerdan que las verdaderas bendiciones vienen de Dios y que debemos buscar los valores del reino de los cielos en lugar de los valores del mundo.