DOMINGO 13

Is 50, 4-7
El mismo Señor me ha dado una lengua de discípulo, para que yo sepa reconfortar al fatigado con una palabra de aliento. Cada mañana, él despierta mi oído para que yo escuche como un discípulo. El Señor abrió mi oído y yo no me resistí ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas,a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado.


Sal 21
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 
Todos los que me ven, de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: “Confiaba en el Señor, pues que él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre”. 
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. 
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados. Señor, auxilio mío, ven y ayúdame, no te quedes de mí tan alejado. 
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles del Señor, alábenlo; glorifícalo, linaje de Jacob; témelo, estirpe de Israel. 
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?


Fil 2, 6-11
Hermanos: Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús, se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: «Jesucristo es el Señor».


Lc 22, 14—23, 56
En aquel tiempo, llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los Apóstoles y les dijo: «He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión, porque les aseguro que ya no la comeré más hasta que llegue a su pleno cumplimiento en el Reino de Dios».
Y tomando una copa, dio gracias y dijo: «Tomen y compártanla entre ustedes. Porque les aseguro que desde ahora no beberé más del fruto de la vid hasta que llegue el Reino de Dios».
Luego tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes.
La mano del traidor está sobre la mesa, junto a mí. Porque el Hijo del hombre va por el camino que le ha sido señalado, pero ¡ay de aquel que lo va a entregar!». Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos sería el que iba a hacer eso. Una sirvienta que lo vio junto al fuego, lo miró fijamente y dijo: «Este también estaba con él».


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Isaías 50, 4-7:

  • Este pasaje del Libro de Isaías describe al Siervo Sufriente, una figura que la tradición cristiana ha interpretado como una profecía de Jesucristo.
  • Destaca la obediencia del Siervo a la voluntad de Dios, su disposición a sufrir por la salvación de los demás y su confianza en la ayuda divina.
  • Las palabras "ofrecí la espalda a los que me golpeaban" y "no oculté el rostro a insultos ni salivazos" prefiguran los maltratos que Jesús sufrió durante su Pasión.

Salmo 21:

  • Este salmo es una súplica y un lamento, pero también una expresión de confianza en Dios.
  • Las palabras iniciales, "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", son las mismas que Jesús pronunció en la cruz, lo que demuestra la profunda conexión entre este salmo y la Pasión.
  • El salmo describe el sufrimiento y la humillación del justo, pero también proclama su liberación final, lo que refleja la victoria de Cristo sobre la muerte.

Filipenses 2, 6-11:

  • Este pasaje es un himno cristológico que describe la humildad y la exaltación de Jesucristo.
  • Enfatiza cómo Jesús, a pesar de ser Dios, se humilló a sí mismo, tomando la forma de siervo y obedeciendo hasta la muerte en la cruz.
  • También proclama la exaltación de Jesús por Dios, quien le concedió el nombre que está sobre todo nombre, y cómo toda rodilla se doblará ante él.

Lucas 22, 14—23, 56:

  • Este pasaje del Evangelio de Lucas narra la Pasión de Jesús, desde la Última Cena hasta su sepultura.
  • Incluye momentos cruciales como la institución de la Eucaristía, la agonía en el huerto de Getsemaní, la traición de Judas, el juicio ante Pilato y la crucifixión.
  • Este relato evangélico es el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento y la manifestación del amor redentor de Dios.

Significado en conjunto:

En conjunto, estas lecturas bíblicas nos llevan a través del camino de la Pasión de Cristo, desde las sombras de la profecía hasta la luz de su cumplimiento. Nos muestran:

  • La obediencia y el sacrificio de Jesús, el Siervo Sufriente, que se entregó por la salvación de la humanidad.
  • La profundidad de su sufrimiento, reflejada en el Salmo 21, que expresa la angustia del abandono.
  • La humildad y la exaltación de Cristo, proclamadas en el himno de Filipenses, que nos invitan a reconocer su señorío.
  • El relato detallado de la Pasión en el Evangelio de Lucas, que nos permite contemplar el amor redentor de Dios en su máxima expresión.

Estas escrituras nos invitan a reflexionar sobre el significado del sacrificio de Cristo y su impacto en nuestra vida.