DOMINGO 27

Hch 5, 12-16
En aquellos días, los Apóstoles hacían muchos signos y prodigios en el pueblo. Todos solían congregarse unidos en un mismo espíritu, bajo el pórtico de Salomón, pero ningún otro se atrevía a unirse al grupo de los Apóstoles, aunque el pueblo hablaba muy bien de ellos. Aumentaba cada vez más el número de los que creían en el Señor, tanto hombres como mujeres. Y hasta sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en catres y camillas, para que cuando Pedro pasara, por lo menos su sombra cubriera a alguno de ellos. La multitud acudía también de las ciudades vecinas a Jerusalén, trayendo enfermos o poseídos por espíritus impuros, y todos quedaban curados.


Sal 117
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. 
Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”. Diga la casa de Aarón: “Su misericordia es eterna”. Digan los que temen al Señor: “Su misericordia es eterna”. 
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. 
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo.
  La misericordia del Señor es eterna. Aleluya. 
Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. 
La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.


Ap 1, 9-11. 12-13. 17-19
Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto las tribulaciones, el Reino y la espera perseverante en Jesús, estaba en la isla de Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. El Día del Señor fui arrebatado por el Espíritu y oí detrás de mí una voz fuerte como una trompeta, que decía: «Escribe en un libro lo que ahora vas a ver, y mándalo a las siete Iglesias. Me di vuelta para ver de quién era esa voz que me hablaba, y vi siete candelabros de oro, y en medio de ellos, a alguien semejante a un Hijo de hombre, revestido de una larga túnica que estaba ceñida a su pecho con una faja de oro. Al ver esto, caí a sus pies, como muerto, pero él, tocándome con su mano derecha, me dijo: «No temas: yo soy el Primero y el Último, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo. Escribe lo que has visto, lo que sucede ahora y lo que sucederá en el futuro.


Jn 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes».
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: «Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan».
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». Él les respondió: «Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré». Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomás respondió: «¡Señor mío y Dios mío!».
Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!».
Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.


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Hch 5, 12-16: El Poder Sanador y la Expansión de la Comunidad

Este pasaje de los Hechos de los Apóstoles nos presenta una comunidad cristiana naciente, marcada por signos y prodigios realizados por los apóstoles. La multitud se reúne y trae a los enfermos para ser sanos, incluso la sombra de Pedro se considera portadora de curación.

  • Unidad y Poder Divino: Este fragmento subraya la unidad de la comunidad y cómo Dios obra poderosamente a través de sus enviados. Los milagros no son solo actos individuales, sino manifestaciones del poder de Dios que respalda y hace crecer la fe de la comunidad.
  • Atracción y Testimonio: Los milagros tienen un doble efecto: fortalecen la fe de los creyentes y atraen a otros a la comunidad. La sanación física se convierte en un signo de la sanación espiritual ofrecida por el Evangelio.

Sal 117: Alabanza al Señor por su Misericordia

El Salmo 117 (o 118 en algunas traducciones) es un cántico breve pero poderoso de alabanza y acción de gracias a Dios por su amor y fidelidad eterna. El estribillo "Porque es eterno su amor" resuena como un reconocimiento constante de la misericordia divina.

  • Reconocimiento de la Bondad Divina: En el contexto de las otras lecturas, este salmo puede interpretarse como la respuesta de la comunidad a las maravillas que Dios realiza (Hch) y la victoria de Cristo sobre la muerte (Ap y Jn).
  • Celebración de la Resurrección: Tradicionalmente, este salmo se ha asociado con la Pascua y la resurrección de Jesús. La "piedra que desecharon los constructores" que se convierte en "piedra angular" es una clara alusión a Cristo rechazado y luego exaltado.

Ap 1, 9-11. 12-13. 17-19: La Visión del Cristo Glorificado

En este pasaje del Apocalipsis, Juan, exiliado en la isla de Patmos, tiene una visión impactante de Jesús resucitado y glorificado. Cristo se presenta con atributos divinos, lleno de autoridad y poder.

  • Presencia del Señor Resucitado: La asegura visión a la comunidad cristiana, que podría estar sufriendo persecución, que Jesús está vivo, presente y en control de la historia. Su gloria trasciende la crucifixión y su voz tiene la autoridad de Dios.
  • Mensaje y Comisión: Cristo le encomienda a Juan la tarea de escribir lo que ve y enviarlo a las siete iglesias. Esto subraya la importancia del testimonio y la comunicación del mensaje de fe a las comunidades.
  • Superación del Miedo: La reacción inicial de Juan es de temor, pero Jesús lo tranquiliza con las palabras "No temas". Esto es un eco del mensaje pascual: la muerte ha sido vencida y no hay razón para temer.

Jn 20, 19-31: Jesús se aparece a sus Discípulos y la Fe de Tomás

Este relato del Evangelio de Juan nos presenta dos apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos. La primera ocurre en ausencia de Tomás, quien luego expresa su incredulidad exigiendo pruebas tangibles. La segunda aparición incluye a Tomás, quien al ver a Jesús proclama su fe: "¡Señor mío y Dios mío!".

  • Paz y Espíritu Santo: La primera aparición trae consigo el don de la paz y el Espíritu Santo, capacitando a los discípulos para la misión de perdonar los pecados. Esto establece la continuidad entre la obra de Jesús y la de la Iglesia.
  • La Duda y la Fe: La figura de Tomás representa la lucha entre la duda y la fe. Su necesidad de ver y tocar las heridas de Jesús es comprensible, pero la respuesta de Jesús va más allá: "Bienaventurados los que no han visto y han creído".
  • La Fe como Encuentro Personal: Finalmente, el encuentro personal con el Resucitado transforma la duda de Tomás en una profunda profesión de fe. Esto nos recuerda que la fe, aunque pueda tener momentos de incertidumbre, se fundamenta en un encuentro vivo con Cristo.

Significado en conjunto:

Al unir estas lecturas, emerge una imagen poderosa de la experiencia pascual y sus implicaciones para la vida de la Iglesia:

  • El Poder de Dios se Manifiesta en la Comunidad: Como en los Hechos, la presencia viva de Jesús resucitado continúa obrando a través de su comunidad, manifestando su poder sanador y atrayendo a otros a la fe.
  • La Alabanza es la Respuesta Natural: El Salmo nos invita a responder con gratitud y alabanza a la inmensa misericordia de Dios manifestada en la resurrección de Jesús.
  • Cristo Glorificado es la Fuente de Esperanza: La visión del Apocalipsis nos asegura que, a pesar de las dificultades, Cristo reina con poder y gloria, ofreciendo esperanza y guía a su Iglesia.
  • La Fe se Profundiza a Través del Encuentro: El Evangelio de Juan nos muestra que la fe, aunque pueda tener sus desafíos y dudas, se fortalece a través del encuentro personal con el Resucitado, incluso para aquellos que no lo vieron con sus propios ojos. La bienaventuranza promete a los que creen sin haber visto nos incluye a nosotros hoy.

En resumen, estas lecturas nos invitan a reconocer la presencia viva y poderosa de Jesús resucitado en medio de su comunidad, a responder con alabanza a su amor eterno y a profundizar nuestra fe a través del testimonio de aquellos que lo encontraron y  a través de nuestro propio encuentro espiritual con Él. Nos recuerdan que somos llamados a ser testigos de su poder sanador y de su victoria sobre la muerte.